Una relación de trabajo saludable es aquella que puede mantener la convivencia, la colaboración, la confrontación y el compromiso sin pasar por encima de la integridad física, mental o emocional del equipo de trabajo en todos los niveles.
Lo anterior, está determinado en gran medida por lo que se conoce como “Cultura Laboral”, que no es otra cosa que el conjunto de creencias, hábitos, costumbres, normas y comportamientos que cultiva una empresa y de ahí la responsabilidad de hacerlo bien, sobre todo de parte de quienes llevan el timón del barco.
La congruencia entre lo que se dice y lo que se hace es esencial para establecer un ambiente que favorezca la convivencia armónica y la conciliación laboral.
Si te encuentras a nivel liderazgo te recomiendo llevar estos consejos a un nivel más avanzado incorporando en entrenamientos de técnicas de comunicación efectiva y resolución de conflictos, inteligencia emocional y motivación.
Trabajar con equipos puede ser desafiante, pero es aún mucho más satisfactorio cuando logras conectar con ellos como seres, comprendes su individualidad, su historia personal y los motivos por los que no puede hacer las cosas diferentes.
Antes de rechazar a alguien en el trabajo, de despedirle, de rehusar el trato, date la oportunidad de conocerle, quizás viene arrastrando una cultura laboral de abuso, sin límites, sin armonía y en tus manos está que conozca una historia diferente.